El cuidado de la higiene personal en personas mayores no solo cumple una función sanitaria, sino que también impacta directamente en su dignidad, autoestima y calidad de vida.
A medida que envejecemos, es común enfrentar dificultades para mantener una rutina de higiene adecuada, ya sea por pérdida de movilidad, enfermedades crónicas, deterioro cognitivo o simplemente por el paso del tiempo.
En este artículo queremos que conozcas los aspectos esenciales para garantizar una higiene correcta, segura y adaptada a las necesidades de los adultos mayores.
Importancia de la higiene en la tercera edad
Mantener una higiene adecuada es crucial para prevenir infecciones, conservar la salud de la piel y promover el confort físico y emocional.
Algunas de las complicaciones más comunes derivadas de una higiene deficiente en personas mayores incluyen:
- Infecciones urinarias o genitales
- Llagas por presión o escaras
- Mal olor corporal que puede afectar la autoestima
- Enfermedades dermatológicas (hongos, dermatitis, infecciones bacterianas)
- Aislamiento social y depresión
Además de estos riesgos físicos, una rutina de higiene bien establecida ayuda a las personas mayores a mantener su autonomía tanto como sea posible, lo que refuerza su sentido de identidad y dignidad.

Qué debe incluir una rutina diaria de higiene personal
Una rutina de higiene para mayores dependientes debe estar cuidadosamente adaptada a sus capacidades físicas, cognitivas y emocionales.
La higiene corporal completa es esencial y puede realizarse mediante un baño diario, una ducha asistida o con esponjas si la persona presenta movilidad reducida. Este momento debe ser aprovechado para observar posibles irritaciones, heridas o enrojecimientos en la piel.
El cuidado bucodental es igualmente importante, ya que una boca limpia previene infecciones, facilita la alimentación y contribuye a una mejor salud general. La higiene íntima requiere especial atención, sobre todo en casos de incontinencia urinaria o fecal, para evitar infecciones y mantener la piel sana.
Además, mantener el cabello limpio y las uñas bien cortadas no solo mejora la apariencia personal, sino que también previene problemas como infecciones por hongos o acumulación de bacterias. Por último, cambiar la ropa a diario y mantener la ropa de cama limpia y ventilada ayuda a reforzar la sensación de confort y dignidad del mayor.
Es fundamental emplear productos hipoalergénicos, agua templada, esponjas suaves y guantes durante cada sesión de higiene, para asegurar una experiencia segura, respetuosa y cómoda para la persona atendida.
Cómo debe actuar el cuidador
El papel del cuidador o auxiliar es clave. Estos son algunos principios a seguir en la atención a la higiene:
- Respeto a la intimidad: preservar la privacidad tanto como sea posible durante la limpieza.
- Comunicación constante: explicar lo que se va a hacer y mantener al mayor involucrado en el proceso si es viable.
- Seguridad ante todo: usar superficies antideslizantes, sillas de ducha, barras de apoyo y supervisión constante para evitar caídas.
- Empatía y paciencia: muchos mayores pueden sentirse incómodos o incluso avergonzados, por lo que el trato debe ser siempre empático.
- Observación de la piel: detectar enrojecimientos, heridas o signos de infección permite una atención temprana.

Servicios de Te Asiste: higiene adaptada y cuidado con empatía
En Te Asiste, entendemos que la higiene personal en la vejez es una necesidad básica que merece una atención cálida y profesional. Por eso, ofrecemos servicios de asistencia domiciliaria para personas mayores y dependientes, en los que nos encargamos de:
- Realizar higiene diaria, baño asistido y aseo en cama
- Apoyar en el cambio de pañal, cuidado íntimo y prevención de escaras
- Vigilar el estado de la piel y comunicar cualquier anomalía
- Promover la autonomía en la medida de lo posible
- Usar productos seguros y adaptados a cada persona
Nuestro equipo está formado por auxiliares con formación en geriatría y trato humano, que actúan siempre desde el respeto, la profesionalidad y la empatía. Te Asiste trabaja como si cuidáramos a los nuestros.

Consejos para familias, cómo colaborar en la higiene del mayor
Aunque se cuente con asistencia profesional, la implicación de la familia también marca la diferencia. Algunos consejos útiles son:
- Establecer rutinas claras para generar seguridad y confort.
- Evitar improvisar: preparar con antelación los elementos necesarios (ropa, productos, toallas).
- Reforzar positivamente el esfuerzo del mayor por colaborar.
- Observar cambios de conducta que puedan relacionarse con malestar físico o emocional por falta de higiene.
- Consultar al médico o profesional si aparecen heridas, infecciones o molestias persistentes.
El objetivo siempre debe ser preservar la dignidad, la salud y el bienestar del adulto mayor.